
Con el tiempo, se tengan algunas diferencias de opinión o no, las parejas terminan pensando más o menos igual. Tengo mi propio caso para comprobar que si además uno se dedica a lo mismo se puede entrar, reposadamente, al terreno de los dogmatismos.
Pero además, hay varias parejas que se parecen incluso físicamente. Uno podría organizar un concurso, tipo el más parecido a la mascota, pero que en vez de amo llevando al perro por la correa, apareciera el esposo llevando de la mano a la esposa (o viceversa). En un primer plano - las cabezas andrógenas juntas demostrando su semejanza- el parecido se notaría claramente. Entonces, el conductor, un Don Francisco por ejemplo, increparía con voz de guagua: ¿por qué son tan parecido ustedes, mijos? Y los entrevistados responderían un no sé, risueños e incestuosos.
1 comment:
ya!
vamos, que hay que elegir la pareja, al menos, un poco bella, por si las moscas. anoto.
Post a Comment